Bernardino Eduardo Zamora
(1903-1965)
“Es la canción del poeta, eterno enamorado de su Musa y eterno
enamorado de Ahuachapán ciudad bella y tranquila, cuna de Bernardino
Zamora. Aquí nació el que siempre ha llevado como una virtud su modestia de
hombre; sus anhelos de maestro y la dádiva sublime de sus versos…”
¿Qué piensas corazón? ¿Por qué persistes
en tus sueños de amor, y en tu quimera?
No sabes que el consuelo de los tristes
es el consuelo del que nada espera.
Corazón, corazón, loco y proscrito
náufrago siempre y siempre ilusionado,
se pierde como ráfaga tu grito
sobre todas las ruinas del pasado.
Recógete en tu predio en áureo asilo,
altivo ante la afrenta del más fuerte
vive ante toda ingratitud tranquilo
sereno ante el enigma de la muerte .
Y mañana, y después, ora y confía
en tu propia virtud y tus veneros;
porque es más bello y luminoso el día
que la noche poblada de luceros.
Busca la lumbre de tu bien, no dudes
deja la ruta donde el mal se expande
y no es preciso que en la lid te escudes,
porque has nacido para ser muy grande
CIUDAD
NATIVA
Siento lejos de ti, que en mi
contorno
se mueren mis inciertas alegrías,
y pasa, como soñando en el retorno
solos y mustios mis cansados días.
Ausente de tus íntimos regazos
sangra mi corazón por tu cariño.
Eres mi encanto, me dormí en tus brazos,
fuiste mi edén en mi candor de niño.
Vives a mi recuerdo siempre atada,
siempre a mi afán de adoración cautiva,
que me traiga tu brisa embalsamada
un hálito de paz, ciudad nativa.
se mueren mis inciertas alegrías,
y pasa, como soñando en el retorno
solos y mustios mis cansados días.
sangra mi corazón por tu cariño.
Eres mi encanto, me dormí en tus brazos,
fuiste mi edén en mi candor de niño.
siempre a mi afán de adoración cautiva,
que me traiga tu brisa embalsamada
un hálito de paz, ciudad nativa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentarios!