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jueves, 15 de marzo de 2012

REMEMBRANZAS DE MI TIERRA

“Recordar es fácil para el que tiene memoria. Olvidarse es difícil para quien tiene corazón.”
Gabriel García Márquez
PRÓLOGO
Remembranzas de mi Tierra, es una obra de compilación y autoría propia en muchos de sus artículos, de nuestro querido amigo, Licenciado Oscar Armando Portillo Luna. Recorriendo sus páginas resulta placentera la vuelta al pasado, sobre todo cuando algunos de nosotros vivimos muchas de esas peripecias, momentos o instantes que quedaron enclavados en el tiempo.
En efecto, leer y repasar estas Remembranzas nos transporta a un mundo ya ido que, como todas las cosas perecederas, deja en nuestro espíritu ese dejo de nostalgia. Pero si bien este es el lado sentimental del asunto, también habría que pensar que este rico recordatorio de relatos y anécdotas, es lo que  también viene a constituirse en una rica veta para la memoria histórica y la identidad.

Alabo este esfuerzo porque muy pocas veces en nuestro medio nos preocupamos por la razón de ser de nuestros pueblos, villas y ciudades. Aplaudo este interés, paciencia y dedicación por los sucesos que han marcado a una población fronteriza con el Estado de Guatemala, es decir, Las Chinamas en el Departamento de Ahuachapán. Y sin duda alguna Oscar Armando Portillo Luna, al proponerse una tarea que requiere un trabajo de hormiga, ve hoy con esta  obra local, regional y nacional recompensados sus desvelos.

Suele suceder que los hechos pasan, pero lo que se escribe queda. Y es por ello que muchísimos hechos de la historia al no registrarse se pierden en el tiempo, al punto que pareciera que nunca existieron, y sólo por los esfuerzos de la ciencia moderna en sus diversas variantes, ha sido posible hacer muchas reconstrucciones. Pero qué mejor  legado el que recibimos con esta compilación, que permitirá en el futuro un cuadro bastante fiel de las costumbres, tradiciones, artes y oficios, economía y cultura de una región muy salvadoreña en el lapso de 40 o 50 años del siglo XX. Y esto es lo que de algún modo ha hecho Oscar, es decir, que con esta colección de relatos nos permite adentrarnos al alma de una comunidad como lo es Las Chinamas.  
La ciencia de la Etnología  prescribe que la descripción particular, pormenorizada y extensa de un pueblo o comunidad es fundamental para poder adentrarnos en su entorno y es lo que nos permite acercarnos en primera instancia a ella. En este sentido con esta obra se llena un vacío y se cumple con este requisito, constituyéndose, por tanto, en un insumo precioso para profundizar en investigaciones posteriores.

Seguro estoy que al cabo de cien años Remembranzas de mi Tierra será un verdadero tesoro por lo singular de sus relatos, lo típico de sus personajes y lo propio de la época que describe. Ésta, como muchas otras obras, será un verdadero anticuario, tal como hoy en día lo es una pieza de cerámica de larga data para el arqueólogo o un antiquísimo papiro para el egiptólogo.
Podemos, por tanto, hacer realidad esta contribución a la cultura e identidad de nuestros pueblos, villas y ciudades con su publicación y difusión,  y ojalá que las generaciones de hoy y mañana puedan ver a través de sus páginas no sólo el anecdotario, el relato episódico y el personaje singular, sino también, y sobre todo, el alma del pueblo, la razón de ser de su espíritu, su pujanza y destino, como obra colectiva que es.
Como ahuachapaneco que soy y autor de una obra similar, Ahuachapán, Ciudad y Memoria, me complace escribir estas líneas y desear para nuestros pueblos y querido país un futuro promisorio y rico en cultura y humanidad.

José Raymundo Calderón Morán
Decano de la Facultad de Ciencias y Humanidades
Universidad de El Salvador
17 de Enero de 2012