AVISO...

BIENVENIDOS A ESTE ESPACIO DE REFLEXION PEDAGOGICA

jueves, 12 de marzo de 2015

El ACUERDO DE PAZ DE 1992 
Y LA NECESIDAD DE UN NUEVO CONTRATO SOCIAL

 ¿Fue el acuerdo de paz un nuevo contrato social? 

ANTECEDENTES

Con la firma del acuerdo de paz en enero de 1992 se formó la idea que este tipo de consenso constituía una forma de pacto social o que a partir de este acuerdo alcanzado entre la guerrilla, gobierno de la república y fuerza armada se establecía un nuevo contrato social, acuerdo que desencadenaría un futuro democrático prometedor a la sociedad salvadoreña, sociedad que históricamente ha estado ávida de justicia social y anhelante de reformas políticas y económicas que transformen todo un sistema de desigualdad y exclusión social . Dicho consenso de fin al enfrentamiento armado no ha dejado de relacionarse o hacer conexiones con el concepto de contrato social desarrollado por Jacobo Rousseau en el siglo XVIII. Manuel Montobbio (1) embajador de España en nuestro país en la época de la firma del acuerdo de paz manifiesta “ha sido preciso pasar por la catarsis de la guerra civil para contar con un contrato social a todos los ciudadanos preferible al estado de la naturaleza”. Con la llegada al poder en el año 2009 del primer gobierno de izquierda, el presidente Mauricio Funes en su discurso inaugural se refiere al acuerdo de paz como “el mayor contrato social de la historia de El Salvador”. El acuerdo de paz es un punto de quiebre en la historia reciente de nuestro país, hecho que toma relevancia en discursos o análisis académicos sobre democracia e institucionalidad, pero las mayoría de la población de nuestro país no tiene la misma percepción sobre que este consenso y firma de un acuerdo represente alguna diferencia sustancial en sus condiciones de vida. Un estudio del año 2012 del Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP) de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) sobre la percepción que tiene la población de los Acuerdos de Paz arrojó que solo el 8.8 por ciento de la población salvadoreña está muy satisfecha con el funcionamiento de la democracia en el país, mientras el 57.2 por ciento está poco o nada satisfecha, y el 34 por ciento dijo estar algo satisfecha. De la misma manera, el 59.1 de las personas creen que la democracia del país ha mejorado poco o nada luego de los acuerdos de paz, además el 62 por ciento de los entrevistados opinan que el país está peor o igual que antes de la firma de los Acuerdos. En ese sentido, una de las conclusiones del estudio es que el grueso de la población no conoció a profundidad el documento de los Acuerdos de Paz a pesar que la firma de la paz generó grandes expectativas que no han podido ser llenadas a 20 años de su firma. Se puede afirmar que “La población en general no conoció los detalles, pormenores y esencia de los Acuerdos de Paz; simplemente sabe que significó el fin de la guerra (...) lo anterior demuestra el poco conocimiento o importancia que dicho consenso tomo en las mayoría o que para estas ni tan siquiera sea una referencia conceptual de contrato social. Ante la constante referencia hacia el concepto rousseauniano de contrato social, es necesario conceptualizarlo y analizar si en medio de grandes de desigualdades económicas y sociales 23 años después de su firma podemos afirmar si este proceso reciente, marcó la construcción de una nueva sociedad o como diría Edelberto Torres Rivas son la legitimidad del orden político capitalista que ha logrado un control ideológico y cultural que oculta la relación desigual existente. 

CONCEPTO DE CONTRATO SOCIAL 
 “El poder que rige a la sociedad es la voluntad general 
     que mira por el bien común de todos los ciudadanos.” J.J. Rousseau

 Rousseau en el S XVIII afirma que “En el Contrato Social el hombre pacta de igual a igual con todos los demás para constituir una sociedad que garantice a todos sus miembros la libertad y la igualdad perdidas. Con ese pacto el hombre no renuncia a su libertad, que es inalienable, pero la cede a la sociedad y recibe a cambio la fuerza de la ley y del derecho, expresión de la voluntad general, de ese pacto surge un aparato -estado- que resulta legítimo pues el poder se asienta en el pueblo y sus leyes emanan directamente de esta voluntad popular, sosteniendo un estado de cosas que es de beneficio a la colectividad, siendo estas quienes en determinado momento por medio de representaciones directas pueden modificarlo y adecuarlo a nuevas circunstancias. Para Rousseau el objetivo del Contrato Social es hacer compatibles la libertad originaria con el progreso alcanzado en el curso de la Historia (que conlleva la pérdida de la libertad y la igualdad originarias). El contrato social es un acuerdo real o hipotético realizado en el interior de un grupo para constituir una sociedad política mediante el cual se determina los derechos y deberes del estado y de sus ciudadanos. Este acuerdo se puede decir es una ficción teórica que permite fundamentar la racionalidad del acuerdo o consenso de asociación, una forma de justificación del Estado. Se parte de la idea de que todos los miembros del grupo están de acuerdo por voluntad propia con el contrato social, en virtud de lo cual admiten la existencia de una autoridad, de unas normas morales y leyes, a las que se someten. Por lo tanto puede afirmarse que el contrato social dirige la manera como deben vivir los hombres en ella, proporciona los mecanismos de interacción política, idealiza los valores que norman la conducta de ese colectivo y genera un sentido de pertenencia y sostenimiento de ese sistema de cosas. Podemos analizar también el siguiente concepto de Rousseau “El contrato social mediante el cual el hombre logra el estado de sociedad, es una convención establecida entre todos los individuos que pretenden constituir un cuerpo social. Cada individuo contrata consigo mismo, siendo el fundamento de la legitimidad de la obligación, el hecho de que nazca de un consentimiento obligadamente unánime. El soberano constituido por el pacto social, es el pueblo. Pertenece a la esencia del pueblo, no expresarse más que por leyes, por lo mismo no debe tener ninguna facultad en la aplicación de las mismas, tan solo le corresponde la creación. Esto es posible mediante la ley, pues como expresión de la voluntad general está dotada de impersonalidad e inflexibilidad; la ley es una cosa racional en sí que determina las reglas optimas de acción humana. Aunque no es lo mismo la ley que la aplicación de la ley. En los planteamientos anteriores de contrato social podemos visualizar los conceptos: beneficios a la colectividad, voluntad popular, sentido de pertenencia, valores que norman la conducta, derechos y deberes, el soberano es el pueblo etc. siendo el hilo conductor para entender en que consiste un contrato social y como este se lleva a la practica en un determinado contexto social, se vuelve necesario preguntar si en la práctica estos conceptos teóricos se han cristalizado o solo son una simple ficción teórica o retorica literaria emanada de algún manifiesto, constitución o acuerdo político. En El Salvador nuestro contrato social se expresa en la Constitución, que consagra los derechos fundamentales de la persona humana. La Constitución consagra en su Artículo 1, el objetivo fundamental que debe guiar al Estado salvadoreño, su responsabilidad para con el pueblo: "El Salvador reconoce a la persona humana como el origen y el fin de la actividad del Estado, que está organizado para la consecución de la justicia, de la seguridad jurídica y del bien común. En consecuencia, es obligación del Estado asegurar a los habitantes de la República, el goce de la libertad, la salud, la cultura, el bienestar económico y la justicia social". Articulo amplio que determina la función del estado como ente rector y proveedor de las garantías para el desarrollo humano. Por otra parte, el Artículo 2 de la Constitución sostiene: "Toda persona tiene derecho a la vida, a la integridad física y moral, a la libertad, a la seguridad, al trabajo, a la propiedad y posesión, y a ser protegida en la conservación y defensa de los mismos". Literalmente estos artículos contiene todo el ideal de una sociedad, reflejan la teoría Rousseauniana de pacto social, el cual tiene por objeto unirse y formar un pueblo, una sociedad, que por definición es diferente a la mera suma de intereses y deseos individuales, en la medida en que está orientado al interés común. La constitución inspirada en Rousseau como contrato social nos permite afirmar que tenemos la base fundamental para la democracia y los mecanismos de ésta para hacer prevalecer mejores expectativas democráticas, sociales y económicas a la población. Cabe realizar la siguiente pregunta ¿cuánto ha favorecido a la sociedad salvadoreña su contrato social?

¿ QUE TIPO DE CONTRATO ES EL ACUERDO DE PAZ 

Según Ricardo Ribera “El acuerdo de paz de 1992 fue un proceso de dialogo negociación entre dos partes (FMLN y Gobierno) que juntas no representaron a la totalidad del pueblo salvadoreño, dejando excluidas a otras fuerzas políticas y a la totalidad de las fuerzas sociales del proceso de negociación, siendo lo anterior un punto débil del acuerdo logrado”. (sic) Continua Ribera diciendo “La firma de la paz se trató de un contrato en el que no todos los que intervienen están íntimamente convencidos de no haber concedido más de lo que han obtenido finalmente. Se está muy lejos por tanto de las condiciones ideales del contrato Rousseauniano en que es la libre voluntad y el convencimiento de realizar un intercambio mutuamente ventajoso lo que cimenta un auténtico consenso.” Para Ricardo Ribera La utilización de un árbitro como las naciones unidas no es lo que plantea Rousseau como característica ideal de un contrato social ya que este pacto no necesita más que la voluntad de las partes, el dialogo negociación evidencio la naturaleza conflictiva, no unánime dificultosa del proceso y del acuerdo alcanzado. El acuerdo de paz fue un proceso configurado a partir de coyunturas internacionales como el fin de la guerra fría, caída del muro de Berlín, crisis de los países socialistas, etc. Situaciones que dieron una lógica a la búsqueda de un cese al enfrentamiento armado entre el FMLN y el gobierno de la república. Para personajes históricos de derecha radical como el Ex Presidente Alfredo Cristiani y firmante del acuerdo de paz dice: lo que el acuerdo de paz hizo fue parar un derramamiento de sangre, esa fue la razón de la negociación... Se logró terminar (la confrontación bélica) porque se fortalecieron las instituciones, porque el FMLN sintió que bajo esas nuevas reglas del juego, ellos podían participar y buscar el poder político a través de elecciones democráticas y no a través de las armas", explica. Lo anterior es confirmado por Salvador Samayoa, ex comandante guerrillero y ahora articulista de opinión al recordar una sentencia de un viejo compañero, quien aseguró que "en esencia, la paz consistió en decirle al FMLN: puede hacer política, pero sin armas; y a la Fuerza Armada: puede conservar las armas, pero sin hacer política". El Acuerdo representa, para el general retirado Mauricio Vargas, uno de los 17 firmantes, "una reforma al sistema político y la reforma a la institucionalidad, la cual es la deuda más grande del tratado". Para él, la democratización del país avanzó pero ésta no muestra mayor consistencia y no ha dado todo lo que tiene que dar. "Esta reforma a la institucionalidad abarca al Sistema Electoral, al Sistema Judicial, plantea un reforma institucional estructural y funcionalista de la Policía Nacional Civil (PNC)", sostiene. Además —amplía Vargas—, la reforma al sistema político hecho por el Acuerdo requiere un cambio de mentalidad y de actitud de la sociedad en su conjunto y no esperar que sea el gobierno y las leyes, las que cambien, requiere más la incorporación en visión de país y no en visiones partidarias e ideológicas para impulsar, realmente, la paz. Para el actual presidente de la republica ex comandante guerrillero Salvador Sánchez Cerén, y uno de los firmantes de los Acuerdos de Paz, por el FMLN en Chapultepec, en su libro "Con sueños se escribe la vida" (Ocean Sur 2008), afirma que en el Acuerdo de Ginebra (1990) fue clave porque ahí se definieron cuatro grandes compromisos: "Terminar el conflicto armado por la vía política, impulsar la democratización del país, garantizar el irrestricto respeto a los Derechos Humanos y lograr la reunificación la sociedad salvadoreña". Sánchez Cerén sostiene en "Con sueños se escribe la vida" que, a juicio del FMLN, "las grandes transformaciones sociales y políticas siguen pendientes como resultado de que el poder no está en manos del pueblo sino de los grandes grupos económicos en alianza con Estados Unidos. De este modo interpretamos el Acuerdo de Paz como transición que inauguraba una nueva etapa de lucha por la democracia plena". En la reflexión más atinada acerca de lo que significó el acuerdo de paz de 1992 encontramos la el ex canciller y otro de los negociadores del proceso, Óscar Santamaría. Hay que ver los Acuerdos —asegura Santamaría— como un punto de partida, no un punto de llegada, porque algunos dicen que los Acuerdos no resolvieron todos los problemas del país, pero los Acuerdos no estaban para resolver todos los problemas del país, los objetivos eran cuatro nada más y esos se cumplieron. Desde allí existía la posibilidad de seguir haciendo el trabajo en favor de los intereses de la nación, y los considero necesarios para iniciar la búsqueda de un acuerdo de segunda generación. Santamaría ratificó que los Acuerdos de Chapultepec ya cumplieron su cometido, y es el pueblo salvadoreño quien debe ir a la conquista de nuevos éxitos, nuevos logros y alcances, construir su desarrollo y mejorar su calidad de vida, y así impulsar un proyecto que podamos llamar Acuerdo de Nación.