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jueves, 19 de mayo de 2011

RECREOS DIRIGIDOS




¿Por qué y cómo intervenir los recreos?

Por Cecilia Banz Liendo, psicóloga educacional

Según el Segundo Estudio Nacional de Violencia Escolar, el 72,7% de las agresiones ocurren en los lugares de recreación y deportes.

Está visto, que los recreos suelen ser instancias en las que los niños están libres de la supervisión que pueden tener en las salas de clases. De hecho, la mayor parte de los acosos suceden en los recreos, en los patios, en los pasillos. Así, para un grupo importante de niños, los recreos son una real pesadilla.

El niño aislado no sólo sufre por su aislamiento, sino que pierde una instancia maravillosa de aprendizaje, ya que la relación con los pares ofrece la posibilidad de desarrollar su autoestima, su capacidad de comunicación, comprender a otros, enriquecerse con las experiencias de otros, todas, habilidades esenciales para convivir en sociedad.

Gestión de los recreos
El recreo debe ser visto como una prolongación de la sala de clases y, por tanto, debe ser una instancia gestionada por la escuela, en la perspectiva de los importantes aprendizajes que favorece, por ejemplo, la empatía y la reciprocidad.

Por otra parte, es necesario entender que las interacciones entre los niños son fuentes importantes de desarrollo de habilidades sociales. En sus interacciones, éstos pueden aprender a negociar, a resolver problemas, a argumentar frente a otros.

Por lo tanto, gestionar los recreos, no es sólo adultos paseándose en los patios. Implica contemplar los conocimientos en torno a las características del desarrollo de los niños.

A veces, los adultos intervienen demasiado pronto en disputas entre niños, arbitran rápidamente y los niños acatan, impidiendo que desarrollen las habilidades negociadoras, para resolver sus diferencias.

El adulto debe estar atento y moverse en la delgada línea que separa la sobreintervención de la protección y el cuidado. La idea es estar listos para intervenir, pero solo cuando sea necesario.

Por otra parte, los recreos gestionados con diversas actividades permiten que los niños puedan participar con sus compañeros.

Se puede organizar con los mismos niños, el tipo de actividades. La idea es que no sea el colegio o los profesores los responsables de gestionarlo todo, ya que se puede aprovechar ésto, para lograr progresivos niveles de autonomía y responsabilización de los niños y niñas. Por otra parte, muchas veces los alumnos pueden promover actividades que a los adultos no se les ocurrirían.

Socialización
La capacidad para hacer amigos se da en muchos niños, pero hay otros que necesitan apoyo planificado.

Tenemos niños para los que el recreo es difícil, porque no saben socializar. Les cuesta hacer amigos y participar en los juegos. La observación de un adulto puede detectar este tipo de situaciones. Puede darse cuenta de aquellos niños que quedan solos y/o que son molestados por otros con sobrenombres o exclusión.

La presencia del adulto debe reforzar de algún modo, una enseñanza transversal que debe ser trabajada en la escuela, con un claro mensaje: "en este escuela, no se permite acosar a otros".

Como prevención, es importante que la escuela tenga programas de desarrollo de habilidades sociales que permitan a estos niños saber acercarse y hacer amigos.

Una forma es constituir cursos como comunidades de aprendizaje en las que nos enseñamos unos a otros.

Por ejemplo, puede ser que en un curso, un niño sea bueno para las matemáticas y ayudar a otros.Un segundo alumno, puede ser bueno para hacer amigos y puede enseñar a otro.

Estas conversaciones parten con la creación de un clima de confianza por parte del profesor o profesora jefe, en el que todos plantean en qué necesitan ser ayudados y en qué pueden ayudar a otros.

Esto es extraordinariamente sanador, pues se dan cuenta que todos pueden ser fuertes y débiles en distintos aspectos y que puedes contar con otro compañero.

También, hay programas en los que niños mayores apoyan a los más pequeños en los recreos, haciendo actividades que ayudan a éstos a integrarse, mediante juegos estructurados que buscan que se conozcan mejor y se puedan ir haciendo amigos.

Finalmente, se debería esperar que con una buena gestión de los recreos, se dé un espacio a todos y cada uno de los niños de socializar.